Les encantaba hablar en español en voz alta y reirse en el desayunador del hotel cuando la gente las miraba raro.
Las únicas que hablaban un ingles lo suficientemente decente como para comunicarse eran Maily y Rose.Sophie y Julie estaban negadas a aprender ingles desde niñas,preferían el francés.
Las cuatro querían conocer Londres,recorer sus angostas calles y entrar a todos los pequeños comercios.Devorar con cada paso la ciudad y llenar de risas los lugares más oscuros.
Un amigo les había dicho que no fueran a Londres,que era muy oscuro para ellas,que las apagaría.No le hicieron caso,nunca hacian caso,y menos en estos casos.Además tenían un plan:No dejarían un lugar sin conocer,una ciudad sin contagiar ni persona sin sonreir.Querían conocerlo todo y todos.Si fuera por Julie y por Sophie irian a los lugares por los nombres más extraños o marcando en un maca con el indice y de ojos cerrados.
Les encantaba sentarse en el balcón de su pequeña habitación de hotel rodeadas de bebidas de diferentes graduaciones alcoholicas y alguna nube de humo esporadica por parte de Maily con la ya acostubrada mirada desaprobatoria de sus amigas.Hablaban en esas noches y reian hasta que tocara la puerta ese bien recibido dolor de panza.Cuando las estrellas no salían surgian los sentimientos más ocultos y la oscura noche londinense se llenaba de las lagrimas de esas cuatro chicas.A veces simplemente se miraban o miraban a la gente caminar,seria y vestida de gris en silencio como ellas aunque claro,el silencio que compartían Rose,Sophie,Maily y Julie era mucho más agradable.
Julie A. Clemens
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